No importa si es de trapo, plástico,
o de cuero.
La redonda, esa amiga íntima de aquellos elegidos
que la pisan y la colocan
mansita entre las redes, desatando
la euforia de las barras.
La redonda, esa traviesa y deslizante amiga mía,
que sin llegar a ser tan íntima,
hacía agradables mis domingos,
en aquellos 70 que empezaban.
Se fue Lanusse, y el regreso del Pocho
se acercaba, sus imberbes muchachos llenan plazas,
hasta que viene por fin desde el exilio,
pero un día se enojó con los muchachos,
y fueron expulsados de la plaza.
Se acerca el fin y el pueblo fue
vaciando plazas
pero sigue llenando los estadios
donde veintidós tipos de cortos,
se disputan sin tregua
"La Redonda".
Sevi - Feb/92
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