“El Estado es el verdadero sponsor del deporte argentino”
Por Marcelo Telez y Roberto Koira
El ex futbolista, reconocido por su militancia política, defiende la actuación oficial en el desarrollo del deporte y reivindica su función social. El emocionado recuerdo de su hermano desaparecido.
A diferencia de sus antecesores, el actual secretario de Deporte de la Nación fue un referente del deporte argentino pero además lleva impregnada una de las banderas fundamentales de este gobierno: la defensa de los derechos humanos. Con un hermano desaparecido, Claudio Morresi, el ex volante de Huracán, River y Platense tiene una visión diferente. En diálogo con Revista ZOOM deja muy en claro que el deporte es un bien social, que funciona como integrador de las personas y que pertenece a todos los argentinos por igual.
—¿Cual es tu visión sobre el deporte social, ya que tuviste experiencia como colaborador del polideportivo de la Villa Los Piletones?
—Dentro del plan nacional existe el deporte social. Hay tres planes: el deporte de alto rendimiento, de desarrollo deportivo y el de deporte social. Quisimos tenerlo muy firmemente incorporado dentro del plan nacional de deporte y por eso cuando lo lanzamos contamos con la presencia de la Presidenta, para darle un fuerte contenido de política de Estado. El deporte social en síntesis es el derecho que tiene todo argentino, viva donde viva y tenga la condición social que tenga, de acceder a la práctica deportiva o a la actividad física. Hoy están sumamente demostradas las mejoras que produce en el organismo la actividad física. Para lograr la igualdad de oportunidades el Estado debe trabajar con los que lo necesitan para que puedan desarrollarse. Así se implementan programas dentro del plan nacional de deporte social para la masividad, es decir para poder llegar a todos. El deporte es muy atractivo para ciertos personajes de la política, pero la realidad es que son pocos los que nos dan las herramientas para poder trabajar. Y esto fue lo que hizo este gobierno. Está muy claro, más allá de las palabras, que hay acciones concretas: se cuadruplicó el presupuesto, se crearon programas masivos de deporte como los Juegos Evita y el programa Nuestra Cancha y el apoyo a clubes barriales, son programas fuertemente vinculados con la mayoría de nuestro pueblo. Hay frases que hablan sobre los valores y la importancia del deporte y en eso nosotros decimos que los valores van deacuerdo a la visión ideológica que tenga cada uno. En la Alemania nazi el deporte tenía valores y objetivos, lo mismo lo tuvo la dictadura y después el neoliberalismo con otro tinte ideológico. Por eso, nosotros queremos trabajar con los valores del deporte que tienen que ver con ser solidario, esforzarse por el otro, trabajar la voluntad, el compañerismo y esto está contemplado dentro del plan nacional que llevamos adelante.
—El valor del deporte para el neoliberalismo pasa por una cuestión individual y no colectiva.
—Y muy vinculado al espectáculo deportivo y no a la participación de la gente. Se centra en el esfuerzo individual para llegar a la victoria y no importa el cómo, ni la forma ni a quién tengo que dejar atrás.
—¿Cuál es el objetivo del Congreso Nacional de Deporte Social?
—Lograr que el conocimiento, el trabajo del territorio y el accionar institucional puedan ir en forma paralela y conjunta. Por un lado, muchas veces está el conocimiento y los que lo bajan desde lo pedagógico y universitario tienen muy poca acción real en la cotidianeidad de nuestra sociedad. Por otro, está hacer cosas en el territorio y la acción gubernamental, que muchas veces no tiene en cuenta estas dos situaciones. La síntesis es el accionar conjunto del conocimiento, el trabajo en el territorio y el área gubernamental que lo lleva adelante o que acompaña, para poder plasmarlo e intercambiar experiencias. Así baja el conocimiento, sube la acción territorial y el día de mañana todos estaremos más capacitados para estar al frente en cada área.
—¿Qué balance me podés hacer de los Juegos Evita?
—Los juegos siguen teniendo el mismo espíritu de Carrillo y Eva Perón en los ‘40. Nació como un instrumento en salud, inclusión e integración y nosotros seguimos tras esas banderas. Cuando los chicos participan en un juego masivo, deben tener sus estudios médicos y si les falta alguna documentación el Ministerio del Interior le soluciona el problema. Y cuando van pasando la etapa municipal o provincial y llegan a la final, ahí también está Cultura y Derechos Humanos. Como nos gusta decir a nosotros, ahí está el Estado abriendo sus brazos para contener, construir y dar respuestas a los jóvenes. Desgraciadamente no tienen la visibilidad que merecen en Capital Federal y el desarrollo no es el ideal, ya que es responsabilidad del Gobierno de la Ciudad. Pero hay provincias que tienen un trabajo muy importante con casos y anécdotas maravillosas. Chicos que han clasificado los han declarado ciudadanos ilustres en un municipio de Salta. O en Catamarca, que para ir a jugar de un pueblo a otro cruzaron un cerro a mula. O también cómo se descubrió que chicos que se creía que tenían cierta discapacidad irreversible, con los estudios se comprobó que no. De estos casos hay más de cien. Entonces los Evita siguen cumpliendo esa función. Todo eso muy unido a la felicidad de la gente y de los padres y abuelos y que son recuerdos que quedan grabados para toda la vida.
—Hace poco terminó el Congreso Nacional de Deporte Escuela y Formación, ¿cuales han sido los ejes del mismo?
—Esto tiene que ver con un área que depende del Ministerio de Educación, pero como nosotros de alguna manera creemos que es tan importante el deporte en la escuela y también estas asimetrías que todavía existen en nuestro país de muy diferentes que son nuestras provincias y nuestras regiones. Queremos que el conocimiento circule para los profesores que trabajan dentro de las escuelas y para el resto del personal.
—¿Qué planeamiento hay de cara al Deporte Amateur? ¿Cuáles son los objetivos para Londres 2012?
—El Plan de Desarrollo detecta chicos en los Juegos Evita o que participan en diferentes Federaciones. Pueden ser de alguna manera apoyados a través de becas, a través de creación de pequeños Centros de Desarrollo Deportivos Provinciales. El Estado es el verdadero sponsor del deporte argentino. Acá la actividad privada brilla por su ausencia, cuando se trata de hacerlo crecer y que este chico pueda el día de mañana ingresar a una Selección Nacional. Cuando ingresa a una Selección Nacional ahí está el Plan Nacional de Alto Rendimiento, para poderle permitir a través de sus viajes al exterior del país para competir, para comprar equipamiento deportivo, con obras de infraestructura deportiva, lo hagan llegar a Londres 2012 de la mejor manera. Después habrá medallas o no habrá medallas, serán cuestiones del deporte en sí. La labor del Estado es darle a esta élite del deporte lo mejor para desarrollar su potencial.
—En la actualidad en la Cámara de Diputados de la Nación se está tratando el Proyecto de Ley de creación del Ente Nacional del Deporte.
— Una diputada presentó este Ente Nacional de Desarrollo del Deporte de Alto Rendimiento, que se financiaría a través del 1% de la venta de los abonos de celulares, lo que según los números que se han hecho sería de alrededor de cuarenta centavos por mes, ya que el consumo promedio es de cuarenta pesos, con los que cada argentino contribuiría al desarrollo del Deporte Olímpico. Este ente estaría formado por el comité Olímpico Argentino y por la Secretaría de Deportes de la Nación. ¿Qué le permite al Estado en este caso, a la Secretaría de Deportes? Tener una herramienta importante y dinámica. Cuando contás con un Ente, con los controles correspondientes, los tiempos se reducen rápidamente. Entonces el deportista que necesita la canoa para ir a competir a tal lugar, no tarda el tiempo que necesita el Estado para comprársela, siempre con el riesgo de que no se presente nadie a la licitación o que sea observada por alguien y después todo vuelva para atrás. Y lo otro es que, por más que algunos están diciendo algo que no es real, para llevar adelante la política, las acciones que se hagan dentro de ese Ente, se necesita sí o sí el acuerdo de los integrantes de la Secretaría de Deportes. Así este Ente es una herramienta más que tiene el Estado argentino para llevar adelante la política de Alto Rendimiento Deportivo, y a su vez el presupuesto de la Secretaría de Deportes quedaría liberado en un 90 % para el Deporte Social.
—Hace pocos días se trató de declarar la inimputabilidad de Emilio Massera. Conociendo tu historia personal ¿qué reflexión te merece? (NdR: Morresi tiene un hermano desaparecido)
—Nosotros lo que hemos buscado desde siempre fue Juicio y Castigo, Cárcel Común. Este es un caso muy especial, porque si existe esta situación, que si verdaderamente es real como así pareciera, creo que nos tenemos que manejar de acuerdo a la ley o a lo que está reglamentado. Me parece que Emilio Massera está condenado, castigado y tendría que estar en la cárcel. Es cierto que si tiene una situación como la que pareciera que presenta creo que nos tenemos que abocar a lo que dicen las reglas, las normas. Tal vez se me escapa una forma de poder razonar esto, ¿cómo hacés ante una persona que es un vegetal o que está tontamente imposibilitado de hacer nada? Quiero remarcar que nosotros peleamos y seguimos peleando por el juicio, por la condena y por la cárcel común.
—Como futbolero y familiar de un desaparecido, cómo fue tu vivencia en la época de la dictadura con respecto al secuestro de tu hermano y el Mundial ‘78.
—En el ‘76 mi hermano desaparece un viernes y yo el sábado tenía que jugar en la novena de Huracán y había una situación de intranquilidad en la familia. Fue un partido contra Platense y viene un tío y me grita del alambrado: “Claudio, mirá que Norberto ya vino”. Yo seguí jugando, ganamos, hice un gol y después del partido me dijeron “te lo dijimos para que te quedaras tranquilo”. Eso me quedó grabado, tenía 13 años.
Lo del Mundial ‘78 fue algo muy gráfico, esa contradicción de estar en la inauguración del Mundial en la tribuna de la cancha de River con un tío mío, y yo estaba ahí escuchando a Videla dar su mensaje al mundo, sin poder hacer ni decir nada porque estábamos rodeados de policías. Eso de estar ahí porque iban a estar jugando los cracks del mundo y yo quería ser jugador de fútbol como ellos, y por otro lado escuchar el discurso de un asesino y quedarme callado, sin saber qué había pasado con mi hermano, fue una cuestión contradictoria que mucho tiempo de mi vida estuvo siempre alrededor mío.