Por: Miguel Auzoberria
Desde la ya celebre declaración de Maradona, no faltó boludo que se posicionara a favor y en contra, y entre tantos boludos que opinan, por qué no voy a dejar de hacerlo yo también, una boludez entre tantas.
Mi reflexión no se va inscribir en la antinomia civilización o barbarie, que los medios construyeron en lugar de “seguirla chupando”; sino a lo que me motivó en torno al oficio del periodista deportivo y a sus prácticas demagógicas.
Muchos de los periodistas deportivos de hoy desconocen quián fue Dante Panzeri, y yo como lo recuerdo, en estos días pensé qué falta que hace ese “viejo antipático”, o mala onda,al decir de los tiempos Light que nos toca vivir.
Pero para aquellos que no lo saben, Panzeri fue el primer analista especializado que comprendió que el deporte suele ser espejo de lo que no es deporte, y que esta tan cerca del poder que, a veces, se convierte en el Poder mismo.
Fue un gran periodista que soñaba cambios, que despreciaba las corrupciones, y las actitudes complacientes del llamado “periodismo deportivo”; tildado de escéptico o amargado por los venales que les molestaba su conducta y especialmente su capacidad profesional.
Ese escepticismo que se le achacaba queda por el suelo, con una simple anécdota, que nos muestra su esperanza por cambiar lo que consideraba mal, cuando asumió la dirección de las paginas deportivas del diario La Prensa, junto a los redactores y les comunico que “de ahora en mas”, cuando se refirieran al Box, se lo denomine “homicidios legalizados”, porque el no entendía de otra manera eso que llaman deporte.
Pero regresando a los dichos y los interminables comentarios de la semana pasada, recordaba cuando Dante Panzeri decía, principios de los años ’70: “Es necesario hacer que no pulule el periodismo chabacano, tibio, sensiblero, complaciente y obsecuente que se ha “enseñoreado” en todos los sectores especialmente el deportivo” ; y se quedo corto porque la actualidad del periodismo deportivo es de una pobreza absoluta, plagado de seres miserables que lo único importante que pueden ofrecer es un micrófono en la mano, y que solo dicen lo que le dictan en la oreja por la cucaracha sus “productores”, incapaces de pensar por si mismos y reflexionar.
Tan bajo ha caído este oficio, que hoy se dedica a remedar el degradante estilo del “periodismo de espectáculo” donde no se analiza la obra de los artistas, sino que se lleva y trae chismes, para generar las llamadas generosamente “polémicas”, siendo solamente griterío de viejas conventilleras como se decía en mi infancia.
Quá otra cosa sino fue la patética, “pregunta” del hoy victima de “crispado” Maradona, el Toti Passman que en el estilo rialesco en lugar de preguntar fue con que Verón dijo que no hay nada para festejar, tergiversando lo dicho por la brujita minutos antes, pero con su intención de generar “mierderio” que tanto rinde en las tarde de la televisión argentina.
Y el “que sigan chupando”, y el “vos también la tenes adentro”, de Maradona fue el ataque a la libertad de expresión, de criticar, etc. y absolutamente los medios que tarde a tarde le faltan el respeto a la inteligencia del televidente, con las miserias de los mediáticos, que se burla de Zulma Lobato, que le da manija para que se zarpe Jacobo Winograd, que hacia chistes burdos sobre el tamaño que la tienen los enanos al tiempo que presentaban a los ya olvidados “Grosos”, que le dan lo que según ellos “la gente quiere”, se horrorizo y estigmatizo la expresión de Diego, algo que muchos en caliente dicen.
Enseguida organizaron sus ya poco creíbles votos telefónicos, si se tenía que ir o no por semejante exabrupto, sin duda fueron lapidarios.
Cuando Carlos Reutemann dijo “que la candidatura se la metan en el centro del culo”, la reacción fue distinta, algunos diarios criticaron pero comprendieron al moderado señor Reutemann porque estaba sometido a “presiones”, a este gobierno, a esta crispación que vive el país desde la resolución 125.
Maradona no tuvo compresión, fue la expresión del resentimiento, y si tal vez lo sea, su educación tal vez no es de la mejores, viene de la villa, pero que esperaban la respuesta de un sociólogo, fue la explosión de la bronca y tal ves la incapacidad de elaborar una argumentación lógica y racional, como la que observamos a diario en la televisión, en la política, en la sociedad, y en esos mismos periodistas deportivos hoy escandalizados.
Hace pocos mas de 30 años se lo consultaba a Dante Panzeri, sobre la responsabilidad de periodismo ante la sociedad y esto respondía: “Tal estado de inmadurez, explica la presencia de este sofisma chabacano y sensiblero, sentimentaloide y también absolutamente desinteresado en los más de los casos, puesto que negamos responda a intereses “superiores” de los que tanto juegan en una comunidad. Y esto es lo que hace aún más triste aquella culpabilidad de nuestra profesión en el desorden que nos hallamos dentro del deporte.
Se entristece aún más porque más que una premeditación que podríamos llamar material o ideológicamente interesada responde a una ignorancia del cometido de la profesión, a la comodidad y a la simpatía de opinar como opina el publico, ciertamente mas cómodo como camino de labor, que procurar que el publico llegue a opinar como opina el que dentro de una sociedad tiene la misión de pensar mientras el publico no tiene tiempo para hacerlo; tiene la oportunidad de ver lo que el publico no ve; de saber lo que el publico no sabe. Y en ese sentido “se debe” al publico, no para halagarlo por rutina ni adularlo por sistema. Ese es el periodista. E igualmente periodista e igualmente responsable es el periodista deportivo. A él le cabe la obligación de pensar…para enseñar, para educar. No pensar para “como agradar”. El agrado o desagrado que suscite su tarea nunca deberá ser rebuscado, forzado ni especulado por el periodista responsable.
Su misión en la sociedad sociológica y pedagógica, no escenogràfica. La coincidencia con las mayorías debe ser accidental, jamás rebuscada. El oficio es, acaso, oscuro; la obra rápida, el fin efímero; el instrumento imperfecto, pero la misión es grande.”; Si hoy resucitara Panzeri y viera a sus colegas, caería muerto nuevamente y por supuesto con mucha mas amargura que la que históricamente le adjudicaban.
Y es que la derrota cultural ha sido tan enorme, que ese tipo de análisis expuesto por Panzeri no solo seria imposible por la incapacidad discursiva de quienes hoy ejercen su oficio, sino porque los medios no lo admitirían. Y todas estas décadas de demagogias y ausencia de análisis críticos han llevado a la gran mayoría de los argentinos a desarrollar esa especie de “pensamiento mágico”, donde todo es cuestión de fe ciega, como por ejemplo esa de creer que en el 2000, Cavallo nos iba salvar del despiporre económico que se veía venir, como lo iba lograr aquel que nos había llevado a ese callejón sin salida, pero Chacho Álvarez a la cabeza de la clase política así lo creía y muchos argentinos también; bueno en las vísperas del partido con Uruguay, ese “pensamiento mágico” afloro, y estaba puesto en Palermo, indudable goleador y tipo de gran vocación de lucha, pero un veterano al fin, del que todos sabemos, nos es especialmente dotado en el manejo del balón, pero en fin, se convirtió en San Palermo, cuando todos sabemos que era el equipo el que no andaba bien, y que Palermo rinde, si tiene, quien juegue bien a su lado y lo provea de pelotas de gol, bueno todos pedían al rubio goleador que antes denostaban por aquellos tres penales que erró en un mismo partido.
Y hoy sin ir más lejos, están comenzando a creer, que a Maradona habrá que irle preparando un cartel que diga Perdón Diego, como aquel que le hicieran a Bilardo en México ’86. Porque con Bilardo clasificamos a gatas, jugábamos mal, y en el mundial la rompimos… por lo tanto eso se va repetir, ya lo dicen algunos hinchas, dentro de poco algunos periodistas especializados, y durante el mundial y si los resultados acompañan será una verdad revelada.
Hernán: Aunque seas un CERDO, igual valen los deseos de FELIZ CUMPLEAÑOS.
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