Eran los últimos días de octubre del año 2002, ya se empezaba sentir el calor sofocante de esta Posadas, húmeda y hermosa.
Como todos los miércoles a la noche alrededor de las nueve, nos fuimos acercando al club Tokio, con la esperanza de hacer un gol y con la seguridad de transpirar mucho para después con mucha sed bebernos unas cuantas cervezas.
Ahí estaban, con muchos kilos de mas, disimulados en la teoría futbolera, Miguel Franco, Café Azar, José Báez, Chacho Muller, Claudio Sacramento, Huguito Almiron, y el polaco Damián Tusinkievich, entre otros.
Empieza el partido, en la alfombra rota se desliza la pelota, enojada por el mal trato que le propinaban aquellos jugadores, que repito en la teoría sabían mucho de fútbol pero en la práctica era una cosa diferente a lo que debe ser un jugador en serio.
En el primer cruce Café Azar, pasa de largo y la redonda le queda servida a José Báez, que con toda sutileza pega un puntazo que sale casi a cuatro metros del arco (es lo mas cerca que estuvo en su vida de hacer un gol)
¡Perro! Se escucho desde la cancha de básquet, pero bueno sin hacer el más mínimo caso a esa aseveración siguieron jugando.
Alrededor de los diez minutos de juego, Miguel Franco, emprende una veloz corrida por la punta derecha dejando en el camino a Claudio Sacramento, y tira un centro al medio del área donde la para el Polaco Damián, (vestido con una camiseta de la selección argentina y medias rojas) quien a diferencia de José Báez, mete la redonda en el fondo del arco, alza los brazos, levanta la vista hacia el cielo, grita Gol. Y se desploma para siempre en la alfombra verde del Club Tokio.
Se fue con la alegría del gol en la garganta, dejándonos con la tristeza de su partida, en aquel miércoles de mierda.
Isaac Sevi
Junio 2008.
negro ¿por qué dicen que te arrimas a los travesaños?
ResponderEliminarte recordararemos por siempre
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